La arquitectura griega se considera como el
antecedente de la arquitectura occidental,
que sorprende por la complejidad de sus construcciones así como también por su vigor, paz y refinamiento.
El estilo griego
El templo
La preocupación de los
griegos por los espacios internos fue muy escasa y de hecho, el templo que es
su manifestación más característica, poseía valores escultóricos
y no arquitectónicos. Más que el espacio interior importa el
espacio exterior; es decir, los valores plásticos exteriores,
la armonía, las proporciones y el equilibrio de
las formas. El edificio griego se concebía como una entidad completa
tridimensional en todos sus lados y perfecta en sí misma. De esta manera, los
edificios griegos no se presentaban frontalmente, es decir, en axis. En vez de
eso, cuando era posible, se presentaba primero el edificio en diagonal,
o al menos desde una posición descentrada. Esta renuncia a la disposición axial
de los edificios explica en gran parte la planta de la Acrópolis de Atenas.
El templo es la
manifestación mas explícita de la profunda religiosidad del pueblo griego, que
lo consideraba como lugar sagrado por su relación con los dioses. La
orientación este-oeste que puede apreciarse en los templos
griegos enlaza el espacio con el ritual del tiempo, una manera de integrarse en
el orden cósmico, cercano a lo divino.
Características
Planta y materiales: Era
de una forma bastante simple: una sala rectangular a la que se accedía a través
de un pequeño pórtico (pronaos) y cuatro columnas que sostenían un techo
bastante similar al actual tejado a dos aguas.
Destino: Los templos griegos se dedican al
culto de sus divinidades, aunque lo único imprescindible para sus ceremonias
era un altar al aire libre, sin embargo, cuando
comenzaron a realizar estatuas a sus dioses,
tuvieron que darles cobijo, construyéndose los templos como "casas de dioses" y
no como un lugar para albergar a los fieles.
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